1 mar 2012

Dinosaurio


Un día como hoy, 12 años atrás, mi abuelo Bernardo se iba de este mundo.
Me acuerdo del hospital, las últimas internaciones, velorio y entierro...
Pero muchísimo mejor es recordarlo como era: un nene.

Mi abuela siempre lo retaba, él se portaba peor que mis hermanos y yo juntos.
Le encantaban los alfajores, el vino, y el tango.
"En una noche oscura, de oscuro firmamento, un hombre en el campo tocando instrumento" gran canción que él interpretaba de maravilla.
Su risa era lo mejor, una carcajada que nos hacia tentar a todos juntos.
Disfrutaba hacernos reír, hasta en momentos feos como podía ser ir a visitarlo al hospital, como no le gustaba que estemos mal nos sacaba la lengua, le tocaba el culo a las enfermeras. No le importaba nada con tal de hacernos reír.

Cuando era chica y me quedaba a dormir en la casa de mis abuelos, me acuerdo de la misma escena recurrente. Que mi abuela me mande a dormir porque era tarde, despedirnos, ellos se acostaban. Y al rato sentir que mi abuelo me despertaba (una vez que mi abuela ya estaba dormida, obvio), traía alfajores y coca cola, prendía la tele y se sentaba a los pies de mi cama a ver películas de cowboys. Yo salía de la cama y me acostaba al revés, apoyando mi cabeza al lado de él, mientras él me hacía mimos en el pelo. Cuando terminaba su peli, o él ya tenía sueño, me daba un beso, me decía que era un secreto, dulces sueños y hasta mañana.

Él me decía tesoro. Y yo realmente sentía que era su tesoro.
Tenía 9 nietos y yo era la más chiquita, la Victoria.

A la semana que falleció, soñé con él. Yo caminaba por Federico Lacroze (entre Migueletes y Libertador), y de pronto lo veo de la vereda de en frente, a la altura de la parada del 42. Freno para cruzar y me hace señas que no, que no cruce hacia él. Y me dice desde en frente "tesorito, llegué bien". Me desperté llorando. No creo en brujas, fantasmas ni nada. Pero mi abuelo, a donde sea que se haya ido, me avisó en un sueño que había llegado bien. Y yo le creí.

Te extraño abuelo.
Igual -desde que me vine a vivir sola- te tengo siempre sentado en mi balcón, te miro, y aunque pueda pasar por loca, a veces hasta te hablo.

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